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Nuestra aportaciones en el proceso de escucha SUMAR

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Emprendimiento Social

Nuestra aportaciones en el proceso de escucha SUMAR

Al hilo de la entrada publicada la semana pasada sobre nuestra participación en el proceso de escucha SUMAR liderado por Yolanda Díaz, en el día de hoy queremos compartiros cuales fueron nuestras aportaciones en la sesión que compartimos con ella. 

La Tercera Pata que es una asociación creada con la inquietud de potenciar la sostenibilidad económica de las entidades de la Economía Social y Solidaria y por tanto sin ánimo de lucro. Tras muchos años de participar y colaborar en proyectos con una vertiente social muy clara pero que hacían aguas en la parte económica, decidimos crear este espacio para ver qué estaba pasando y cómo podíamos reforzar esta pata económica. 

Ahora mismo tenemos proyectos compartidos con otras entidades y también estamos dedicando bastante energía a 2 programas que van un poco en esta línea y que se enmarcan en el Ekonopolo (polo de economía social Bilbao promovido por el ayuntamiento y por REAS Euskadi). Presstatzen prepara y acompaña a las iniciativas en sus primeros pasos de emprendizaje y Sendotzen que busca la consolidación de proyectos ya creados. En definitiva, queremos hacer una Economía Social, y a ser posible solidaria, lo más fuerte y amplia posible. Y eso pasa por animar a quien emprende a hacerlo en este marco y a fortalecer a los que ya lo estamos haciendo. 

La participación en estos permite identificar las fortalezas y debilidades de los proyectos de la ESS. Dentro de las debilidades, podríamos hablar de las debilidades internas y es cierto que tenemos mucho margen de mejora, pero también es cierto que hay bastantes recursos invertidos en este sentido. Los programas que he mencionado antes, pero también el trabajo de Economistas sin Fronteras, Fundación EDE… 

Quizás la mayor dificultad a la que se enfrentan las empresas de la ESS es a la competencia feroz de un mercado injusto. Y digo injusto porque estoy convencido de que los productos y servicios de la ESS son menos costosos a nivel global que los de la economía convencional, sólo que éstos últimos no aplican esos costes en el precio. Y así se generan una serie de externalidades que parece que no paga nadie, pero que pagamos entre todas. Recuerdo Esnetik, una cooperativa de quesos y lácteos en la que participé, que decidió pagar la leche a los ganaderos a un precio justo. Pues sólo con el valor de la leche, nuestro queso ya era más caro que muchos del mercado, lo que evidencia que por lo general la leche no se paga a precios justos. 

Tenemos la experiencia de Mondragon, que han tenido que adaptarse al mercado y asumir un sinfín de contradicciones para competir de tú a tú. Pero con el modelo Mondragon, mucho más justo socialmente, también nos cargamos el planeta.

Y podría seguir con  más ejemplos, pero lo que pretendo decir es que desde los poderes públicos se debería incidir en regular un mercado para eliminar esta competencia desleal. Primero desde la compra pública responsable, pues las administraciones públicas son clientes que gastan mucho dinero al año.  Y segundo desde la legislación para acabar con las externalidades y llevar al precio (vía impuestos o de la forma que se considere) el coste real del producto o servicio. 

Estamos en un momento en el que son posibles cosas que hasta ahora parecían inimaginables, como el impuesto a banca y energéticas o la regulación del mercado energético. En Cataluña por ejemplo han implantado el impuesto a las bebidas azucaradas; y el tabaco puede ser otro ejemplo claro también. Toca ser imaginativas y regular un mercado que ha distorsionado por completo el valor de las cosas. Hay margen de acción y estoy convencido que en igualdad de condiciones, la ESS se come a la economía convencional.